La odontología láser utiliza un haz de luz y agua para realizar una amplia gama de tratamientos de manera precisa y mínimamente invasiva. Para un paciente con ansiedad, esto se traduce en beneficios revolucionarios.

1. Adiós al Ruido y la Vibración Esta es la ventaja más notoria. El láser trabaja sin contacto directo y sin las partes mecánicas que giran a alta velocidad. Esto elimina por completo el ruido agudo y la sensación de vibración que tanto incomodan a los pacientes, haciendo el procedimiento mucho más relajante.

2. Menos Necesidad de Anestesia (y Menos Agujas) Muchos procedimientos en tejidos duros, como la preparación de cavidades, pueden realizarse con láser a alta velocidad, a menudo sin necesidad de anestesia. Esto se debe a que el láser es tan rápido y preciso que no genera el estímulo doloroso del taladro. Para quienes temen a las agujas, esta es una ventaja monumental.

3. Procedimientos Más Rápidos y Precisos La tecnología láser permite realizar ablaciones de tejido de forma más rápida, incluso superando a las fresas convencionales. Esto significa menos tiempo en el sillón dental. Además, su naturaleza mínimamente invasiva permite una eliminación precisa y suave del tejido dañado, conservando la mayor cantidad posible de estructura dental sana.

4. Menos Sangrado y Mejor Cicatrización en Cirugías En procedimientos de tejidos blandos (como cirugías de encías o frenectomías), el láser tiene un efecto de coagulación simultánea. Esto significa que hay un sangrado mínimo y a menudo no se necesitan suturas. Además, el láser estimula la regeneración celular, lo que conduce a una curación más rápida y con menos complicaciones postoperatorias.

5. Mayor Seguridad y Desinfección La luz del láser tiene un efecto bactericida, lo que significa que desinfecta la zona mientras trabaja. Esto reduce el riesgo de infecciones y contribuye a un postoperatorio más seguro y predecible.